Después de que Berriozarko Gazte Asanblada (Asamblea de Jóvenes de Berriozar) reivindicara desde sus comienzos un local que fuera la referencia para la juventud -el local anterior no gozaba de la mejor opinión pública además de ser pequeño-, el 28 de marzo se inauguró el edificio que el Ayuntamiento construyó con una política de empelo digno y basándose en la bioconstrucción.
Nada más ser inaugurado, a gran ritmo y con la participación de decenas de personas jóvenes se puso en marcha: se crearon cuatro grupos de trabajo (el grupo feminista, ecologista, el que trabaja el ocio y el de la comunicación y contrainformación), la asamblea permanente y la asamblea general. Más tarde se conformaron otros dos grupos: en junio el de la economía y en agosto el de deporte.
Entre tod@s y con una buena participación, echaron a andar multitud de proyectos en un corto periodo de tiempo. Hicimos una huerta, surgió un pequeño grupo de batukada, se pintaron varios murales, se hicieron muebles reutilizando madera, se puso en marcha un proceso participativo para poner un nombre al gaztetxe [fue TAUPADA (=LATIDO) el que salió adelante], se hicieron unas jornadas internacionalistas, una canción para el gaztetxe y la juventud, se han sacado camisetas y ropa interior y incluso ha nacido una revista trimestral (TAUPADAKA= a latidos).
Aún y todo, el reto que tenemos en el futuro inmediato es implicar a más jóvenes en este camino, crear más grupos de trabajo (que vayan dirigidos a que la juventud pueda caciar sus propias necesidades), profundizar en la autogestión y crear más proyectos y l@s jóvenes de Berriozar no nos vamos a quedar de brazos cruzados a la espera de nuestros objetivos.