La okupación en Sevilla no solo existe y resiste sino que no deja de replicarse pese a la guerra que se libra contra ella desde todos los frentes. La batalla cultural contra la okupación en todo el estado sigue sin dar sus frutos. Porque siempre resiste, siempre aparecen brotes y grupúsculos okupas por la ciudad dispuestos a hacerle la guerra al estado y a su pilar más sagrado: la propiedad privada. Que dediquen tanto esfuerzo a estigmatizar, criminalizar e invisibilizar el movimiento okupa deja entrever el potencial político que tiene, la radicalidad de su discurso y acción.
Con la Ofi de okupación queremos remover toda esa porquería de propaganda neoliberal contra la okupación y defenderla con todas las herramientas de las que disponemos.

Desde la Ofi de okupación nos plantamos frente a los medios de comunicación basura, frente al banquero, al multi-propietario casposo, al particular que decide subir el precio del alquiler porque así lo manda el mercado, al propietario que decide que su vivienda se convierta en un apartamento turístico, al estado y sus braceros para decirles que son escoria, que con la vivienda no se juega, ¡no se especula! ¡Que no es un negocio!

Para la Ofi, tanto el alquiler como la propiedad son un robo, son los máximos símbolos de la desigualdad social, base y razón del capitalismo. La sacralización de la propiedad nos perturba, nos hiere. Toda persona que posee y no habita una vivienda, sino que la posee únicamente para sacarle rentabilidad y por tanto explotarla, oprimiendo a quienes no tienen los suficientes medios para adquirirla, se convierte en enemigo. El alquiler oprime generando jerarquías miserables entre propietarixs e inquilinxs.

El alquiler no sería otra cosa que el derecho a abusar de la propiedad. La propiedad privada permite a través del alquiler que los propietarios vivan del trabajo ajeno. Permite vivir del cuento, de la renta.

Desde la Ofi queremos confrontar el discurso democrático liberal asqueroso que defiende que haya gente sin casa y casas sin gente, vomitamos en sus leyes macabras defensoras de la propiedad por encima de cualquier otra cosa que ningunea la necesidad de tener un hogar. Y nos dedicaremos a promover, compartir, difundir y defender la okupación.

Caminaremos al lado de quienes quieran enfrentarse a los pilares del estado okupando y politizando sus vidas en lo cotidiano. Hacerle la guerra a la propiedad y a sus defensores, desde el policía al juez, desde el banco al multipropietario, desde el gobierno al estado. Todos ellos explotadores de lo ajeno.

Toda casa vacía debe ser okupada y puesta en uso.
Toda okupación significa resistencia y ataque al capitalismo. Toda okupación es una bocanada de aire fresco, de libertad.

¡OKUPA Y RESISTE!

¡RESISTIR MERECE LA PENA!